martes, 26 de mayo de 2009

Anoche soñé contigo...

Anoche soñé contigo y no fue de esos sueños bonitos,
sino de aquellos que hacen erizar el pelo.
Me he pasado analizándolo una y otra vez para tratar de entenderlo
y he concluido que simplemente revela lo que sentía
de una manera simbólica, como suelen resolverlo los sueños.

Estábamos tú y yo, coctel en mano, conversando en una fiesta
situada en un lugar lleno de habitaciones como un hotel.
Había más gente, amigos y conocidos; hacíamos bromas con ellos.
Estábamos conscientes y cuerdos, y alegres también.
Se notaba que era el presente, yo estaba cambiado.
Tú estabas diferente también.

Luego las cosas se fueron poniendo candentes,
todo empezó a subir de temperatura,
las malas ideas fueron subiendo a la cabeza...
entonces tomaste mi mano pero al mismo tiempo
tomaste la mano de otro hombre sin cara

y a los dos nos llevaste a una habitación.

Una escena de dos contra una a nivel de base 3
en la cual yo ni siquiera era el actor principal
sino un simple ayudante que de tanto en tanto participaba.
Luego que todo acabó, el otro hombre se esfumó como un fantasma
y quedamos nuevamente los dos.
Tú, con una sonrisa radiante.
Yo, con cara de chupar limón.
Intenté obtener explicaciones de esta inusual escena,
lo único que recibí fueron risas sin complicación,
...todo es normal...

Luego salimos de allí y aparecimos montados en tu carro,
uno bien pequeño tipo Kia Picanto rojo.
Nuevamente todo normal y fresco, ninguna complicación
pero yo seguía chupando el limón más ácido.
Llegamos a otro edificio, esta vez algo parecido a un hospital
y nos fuimos juntos al baño a hacer otras cosas
pero a mí ya no me cuadró tanta locura.
Te confronté y pregunté: ¿qué es esto?
Nuevamente risitas y "oles".
Entonces te fuiste con algo así como:
"Bueno, eres tú quien se lo pierde"

Y yo... ahí me quedé, parqueado en un water,
pensando... pensando... pensando...

El abrazo final

Cuando el sol se ponga En el largo día de mi vida La Madre Tierra me recibirá  Con brazos abiertos en su seno Libraré al mundo de mi maldad ...