viernes, 23 de agosto de 2013

Mejorar el silencio o callar


El Sol y la Luna me han enseñado que todo está basado en ciclos.
La traslación celeste ha ordenado mis moléculas para que respondan a temporadas.
Los cometas demuestran en su vertiginosa carrera que todo tiene un inicio y un fin.
Y los fragmentos dejados en su trayectoria indican lo efímera que es la vida cual estrella fugaz.

¿Quién soy yo para cuestionar el movimiento del Cosmos?
Todo ha sido forjado en el fuego del Herrero Eterno.
Todos los seres, como cacharros cocidos en el horno del máximo Alfarero.
Si no puedo mejorar el silencio prefiero callar y aprender de su Creación.

El día de la mitad de otoño se acerca para el hemisferio norte
Los vientos de cambio soplan y las hojas muertas deben caer.
Salgo del crisol del Forjador en un nuevo molde esta vez.
Pero primero tuve que perder mi forma y ser fundido a nada.

Al rojo vivo y con cada golpe del martillo del tiempo implacable
Es cuando aprendo quién soy yo y quién eres Tú...
El yunque celestial es el testigo perfecto de mi agonía:
Recoge todas mis lágrimas en forma de chispas y candelitas
Anhelo que la forja concluya y poder descansar en el agua fría de tu paz....

Sé que el trabajo no termina allí y aún es necesario perder aspereza y ganar filo.
La piedra de pulir es por mucho soportable frente al fuego y al martillo.
Ansío el día en que tomes tu espada con ambas manos por la hoja y la empuñadura
Y sea capaz de reflejar tu sonrisa...
Alegrar un día entre tus incontables días...

El abrazo final

Cuando el sol se ponga En el largo día de mi vida La Madre Tierra me recibirá  Con brazos abiertos en su seno Libraré al mundo de mi maldad ...