sábado, 8 de agosto de 2009

Mi amigo

Yo solía tener un amigo con el cual hacía un montón de cosas.
Con solo recordar una lágrima trepa hasta mis ojos
amenazando con llorar de pura nostalgia.
Recuerdo que inventábamos los juegos más inverosímiles,
seguramente aburridos para cualquier otro mortal bajo este sol.

Las conversaciones unas veces profundas,
otras veces simples trivialidades entretenidas que alegraban mi camino.
Los viajes en bus se hacían tan cortos
y las tardes tan divertidas solo por tu compañía.
He tenido muchos amigos en mi vida
pero nada se compara a la amistad que tú me brindaste algún día.
Amistad pura y sincera, sin interés alguno ni plan premeditado,
poesía cotidiana y sencilla...

Ahora las cosas han cambiado,
los vientos de la vida no nos han alejado geográficamente
pero sí han dibujado rutas divergentes en nuestras cartas de navegación
y es normal... no te culpo... no me culpo... no es culpa de nadie...
Simplemente así pasa cuando debe suceder.
Quisiera que las cosas fuesen distintas, no lo niego,
pero no sería sano ni natural.
Con el tiempo he aprendido a encontrar algo parecido a esta amistad
en muchos seres que no comparten mi material genético,
uniendo los pedazos que cada cual me otorga
remedo débilmente este concepto de amistad...

¿Qué haría yo sin la amistad?
Viviría en un mundo vacío y tenebroso, insoportable y despiadado.
¿Algún día habrá tiempo de nuevo para compartir?
Mi fe señala una opción descabellada y es que somos como elfos
y aún mejores:
Seres eternos cuya existencia traspasa las barreras
de este mundo material tal cual lo conocemos.
A la sombra de esta convicción me amparo día tras día.

¿Ya ves? No hay apuro,
el tiempo sobra my friend y estaré esperando
no importa cuántas eras y milenios pasen,
para compartir a solas unos momentos contigo...
como los tiempos idos...
Me conoces y por ende sabes que no prometo
lo que no estoy dispuesto a cumplir
ni soy ligero tampoco en emitir mis palabras.

Te amo...

Note: don't worry, I'm ok, I'm ok. It was just a short lapsus nostalgicus...

lunes, 6 de julio de 2009

Voluntad sin límites

Estrofa 1:
Se cruza un pensamiento de muerte 
siento su olor, se cuela en mi mente 
No recuerdo haberte invitado 
No pierdas tu tiempo, no estás a mi lado 

Precoro:
Nooo... más... no quiero vivir así... 
Nooo... más... no quiero seguir así...

CORO: 
Nooo... No voy a aceptar quien dices que
Soyyy... Quiero ver más allá
Romper la mediocridad
Y no escucharte más
Romper el límite
Que mi mente fabricó

Estrofa2:
Escucho tus mentiras a diario
No pienses que creo, no pienses que extraño
Todo lo que me has dado
Renuncio a tu nombre y olvido el pasado

Precoro:
Nooo... más... no voy a seguir así
Nooo... más... voy a vivir sin ti 

CORO: 
Nooo... No voy a aceptar quien dices que
Soyyy... Quiero ver más allá
Romper la mediocridad
Y no escucharte más
Romper el límite
Que mi mente fabricó

BRIDGE:
Odio todo
Odio, odio todo mi ser
Algo está mal en mí
Algo está mal en mí
Padreeeeee

Parte lenta:
No, no voy a aceptar quien soy, 
quiero ver más allá, romper la mediocridad. 
No, no voy a escucharte más, 
cuando dices que no valgo nada 
me das fuerzas para avanzar 

No, no voy a aceptar quien dices que soy 
voy a romper el límite que 
mi mente fabricó 
Hoy voy a salir de aquí, 
quiero dejar esta prisión 
que ahoga mi voluntad 


AÑOS BAJO TIERRA

martes, 26 de mayo de 2009

Anoche soñé contigo...

Anoche soñé contigo y no fue de esos sueños bonitos,
sino de aquellos que hacen erizar el pelo.
Me he pasado analizándolo una y otra vez para tratar de entenderlo
y he concluido que simplemente revela lo que sentía
de una manera simbólica, como suelen resolverlo los sueños.

Estábamos tú y yo, coctel en mano, conversando en una fiesta
situada en un lugar lleno de habitaciones como un hotel.
Había más gente, amigos y conocidos; hacíamos bromas con ellos.
Estábamos conscientes y cuerdos, y alegres también.
Se notaba que era el presente, yo estaba cambiado.
Tú estabas diferente también.

Luego las cosas se fueron poniendo candentes,
todo empezó a subir de temperatura,
las malas ideas fueron subiendo a la cabeza...
entonces tomaste mi mano pero al mismo tiempo
tomaste la mano de otro hombre sin cara

y a los dos nos llevaste a una habitación.

Una escena de dos contra una a nivel de base 3
en la cual yo ni siquiera era el actor principal
sino un simple ayudante que de tanto en tanto participaba.
Luego que todo acabó, el otro hombre se esfumó como un fantasma
y quedamos nuevamente los dos.
Tú, con una sonrisa radiante.
Yo, con cara de chupar limón.
Intenté obtener explicaciones de esta inusual escena,
lo único que recibí fueron risas sin complicación,
...todo es normal...

Luego salimos de allí y aparecimos montados en tu carro,
uno bien pequeño tipo Kia Picanto rojo.
Nuevamente todo normal y fresco, ninguna complicación
pero yo seguía chupando el limón más ácido.
Llegamos a otro edificio, esta vez algo parecido a un hospital
y nos fuimos juntos al baño a hacer otras cosas
pero a mí ya no me cuadró tanta locura.
Te confronté y pregunté: ¿qué es esto?
Nuevamente risitas y "oles".
Entonces te fuiste con algo así como:
"Bueno, eres tú quien se lo pierde"

Y yo... ahí me quedé, parqueado en un water,
pensando... pensando... pensando...

sábado, 18 de abril de 2009

Un gusto... desconocida

Ayer en el bus vi a una mujer preciosa, una joven linda, diferente, que sobresale de la multitud sin esfuerzo ni dolor. Ella, sentada al pasillo; yo, de pie entre tanta gente me planté a su lado para admirarla. Lo recuerdo todo perfectamente y quiero plasmarlo aquí para no olvidar: su cara muy blanca y armónica de unos 23 años, una nariz preciosa y su pelo rizado negro. Al principio iba despierta en esa mañana fría de abril, pero luego de unos momentos, y una vez que se puso unos lentes de marco grueso celestes que embellecieron aún más esos ojos grandes hermosos, se quedó dormida con lentes y todo. Mientras tenía amores con Morfeo no podía evitar ver sus labios gruesos e imaginar besarlos...

Durmió... durmió... y durmió aún más, casi todo mi viaje y yo ahí contemplándola como un tonto. Me llenó de ternura verla así entonces me armé de valor y tocando su hombro la desperté. Solo se movió un poco es su asiento pero no se incorporó. La seguí mirando y luego de unos instantes se despertó totalmente, me miró y me sonrió, algo que será muy difícil de olvidar. Le dije que tuviera cuidado, que la podían pasar a golpear pues el bus estaba lleno o quizá robar. Me sonrió nuevamente y llegó la desgraciada hora de bajarme...

Sé que nunca más te volveré a ver... un gusto... desconocida.

martes, 17 de febrero de 2009

Mundo Paralelo

Los veo a todos
pero ellos no me ven a mí.
Camino lento
mientras
la gente pasa casi corriendo a mi lado.
A veces creo que pasan a través mío.
No duele... no hace cosquillas... no molesta...

Estoy pero no estoy.
Estaba pero me fui.
Estuve pero sigo estando allí.
Es algo difícil de explicar,
seguro nadie lo entenderá.

Parece que vibro en otra frecuencia,
infrasonido inaudible,
fotón invisible,
fragancia que nadie puede percibir.

No es que no exista,
simplemente habito en un mundo paralelo
que de alguna manera haya su intersección aquí
para contener estas letras sin sentido.

viernes, 6 de febrero de 2009

Conjugación del verbo amar

He descubierto y después de muchas elucubraciones,
que el verbo amar es un verbo irregular
a diferencia de lo que afirman letrados y académicos.

La raíz morfológica amar toma diversas formas
según se consideren los tiempos y modos gramaticales.
Por ejemplo: amar en pretérito se transforma en perdonar,
en futuro se hace soñar y en presente se cambia por compartir.

El modo subjuntivo forma la raíz anhelar o desear,
y el condicional niega el mismo verbo
pues lo somete a condiciones,
elemento inaceptable en su acepción.


Lástima que muy poca gente lo conjugue bien,
de lo contrario este mundo sería muy distinto,
y ojo que me incluyo pues fallo muchas veces
especialmente en el pretérito pluscuamperfecto.

lunes, 5 de enero de 2009

50° Aniversario de la Revolución Cubana, Discurso de Raúl Castro

¡Jamás regresará el dolor al corazón
de las madres ni la vergüenza al alma de cada cubano honesto!
• Discurso pronunciado por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el acto por el aniversario 50 del triunfo de la Revolución, efectuado en Santiago de Cuba, el 1ro. de enero de 2009, “Año del 50 aniversario del triunfo de la Revolución”.

"Santiagueras y santiagueros; Orientales; Combatientes del Ejército Rebelde, la lucha clandestina y de cada combate en defensa de la Revolución durante estos 50 años;

Compatriotas:

Raúl Castro Ruz

El primer pensamiento, un día como hoy, para los caídos en esta larga lucha. Ellos son paradigma y símbolo del esfuerzo y el sacrificio de millones de cubanos. En estrecha unión, empuñando las poderosas armas que han significado la dirección, las enseñanzas y el ejemplo de Fidel, aprendimos en el rigor de la lucha a transformar sueños en realidades; a no perder la calma y la confianza frente a peligros y amenazas; a levantar el ánimo tras los grandes reveses; a convertir en victoria cada reto y a superar las adversidades, por insuperables que pudieran parecer.

Los que hemos tenido el privilegio de vivir con toda intensidad esta etapa de nuestra historia, sabemos bien cuán cierta ha resultado la alerta que nos hizo aquel 8 de enero de 1959, en su primer discurso al entrar a la capital:

“La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil”, concluyó.

Por primera vez el pueblo cubano alcanzaba el poder político. En esta ocasión, junto a Fidel, los mambises sí entraron a Santiago de Cuba. Atrás quedaban 60 años exactos de dominación absoluta del naciente imperialismo norteamericano, que no tardaría en mostrar sus verdaderos propósitos, al impedir la entrada a esta ciudad del Ejército Libertador.

Atrás quedaron también la gran confusión y sobre todo la frustración enorme que generó la intervención norteamericana. Sin embargo se mantuvo en vilo, más allá de su disolución formal, la voluntad de lucha del Ejército Mambí y el pensamiento que guió las armas de Céspedes, Agramonte, Gómez, Maceo y tantos otros próceres y combatientes por la independencia.

Vivimos algo más de cinco décadas de gobiernos corruptos, de nuevas intervenciones norteamericanas; la tiranía machadista y la revolución frustrada que la derrocó. Más tarde, en 1952, el golpe de Estado, con el apoyo del gobierno norteamericano, instauró nuevamente la dictadura, fórmula aplicada en esos años para asegurar su dominio en América Latina.

Para nosotros quedó claro que la lucha armada era la única vía. A los revolucionarios se nos planteaba nuevamente, como a Martí antes, el dilema de la guerra necesaria por la independencia que quedó trunca en 1898.

El Ejército Rebelde retomó las armas mambisas y después del triunfo se transformó para siempre en las invictas Fuerzas Armadas Revolucionarias.

La Generación del Centenario, que en 1953 asaltó los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, contó con el importante legado de Martí, con su visión global humanística que va más allá de la consecución de la liberación nacional.

En términos históricos, fue breve el tiempo que medió entre la frustración del sueño mambí y el triunfo en la Guerra de Liberación. A comienzos de este período, Mella, uno de los fundadores de nuestro primer partido comunista y creador de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), se convierte en heredero legítimo y puente que une el pensamiento martiano y las ideas más avanzadas.

Fueron años de maduración de la conciencia y la acción de obreros y campesinos, y de formación de una intelectualidad genuina, valiente y patriota que los ha acompañado hasta el presente.

El magisterio cubano, fiel depositario de las tradiciones de lucha de sus predecesores, las sembró en lo mejor de las nuevas generaciones.

Desde el mismo momento del triunfo, se hizo evidente para cada hombre y mujer humilde que la Revolución era un justiciero cataclismo social que tocó todas las puertas, desde los palacetes de la Quinta Avenida en la capital, hasta el más misérrimo y apartado bohío de nuestros campos y montañas.

Las leyes revolucionarias no sólo dieron cumplimiento al programa del Moncada, lo superaron con creces en la lógica evolución del proceso. Además sentaron un precedente para los pueblos de nuestra América que hace 200 años iniciaron el movimiento emancipador del colonialismo.

En Cuba, la historia americana tomó rumbos diferentes. Nada moralmente valioso ha sido ajeno al torbellino que aun antes del primero de enero de 1959, comenzó a barrer oprobios e inequidades, a la vez que abrió paso al gigantesco esfuerzo de todo un pueblo, decidido a darse a sí mismo cuanto merece y ha logrado levantar con su sangre y su sudor.

Millones de cubanas y cubanos han sido trabajadores, estudiantes, soldados, o simultáneamente las tres cosas, cuantas veces las circunstancias lo han exigido.

La síntesis magistral de Nicolás Guillén resumió el significado para el pueblo del triunfo de enero de 1959: “Tengo lo que tenía que tener”, dice uno de sus versos, refiriéndose no a riquezas materiales, sino a ser dueños de nuestro destino.

Es una victoria doblemente meritoria, porque ha sido alcanzada a pesar del odio enfermizo y vengativo del poderoso vecino.

El fomento y apoyo al sabotaje y el bandidismo; la invasión de Playa Girón; el bloqueo y demás agresiones económicas, políticas y diplomáticas; la permanente campaña de mentiras dirigida a denigrar a la Revolución y sus líderes; la Crisis de Octubre, los secuestros y ataques a embarcaciones y aeronaves civiles; el terrorismo de Estado, con su terrible saldo de 3 478 muertos y 2 099 incapacitados; los planes de atentados a Fidel y otros dirigentes; los asesinatos de obreros, campesinos, pescadores, estudiantes, diplomáticos y combatientes cubanos. Esos y otros muchos crímenes dan fe del tozudo empeño de apagar a cualquier precio la luz de justicia y decoro que significó la alborada del Primero de Enero.

Una tras otra, todas las administraciones norteamericanas no han cesado de intentar forzar un cambio de régimen en Cuba, empleando una u otra vía, con mayor o menor agresividad.

Resistir ha sido la palabra de orden y la clave de cada una de nuestras victorias, durante este medio siglo de ininterrumpido batallar, en que hemos partido invariablemente de jugarnos nuestra propia piel, sin dejar de reconocer la amplia y decisiva solidaridad recibida.

Desde hace muchos años, los revolucionarios cubanos nos atenemos a la máxima martiana: “La libertad cuesta muy cara, y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”.

En esta plaza, en el 30 aniversario del triunfo, Fidel nos dijo: “Aquí estamos porque hemos podido resistir”. Una década después, en 1999, desde este mismo balcón, afirmó que el período especial constituía “la más extraordinaria página de gloria y firmeza patriótica y revolucionaria, (…) cuando nos quedamos absolutamente solos en medio de Occidente a 90 millas de Estados Unidos y decidimos seguir adelante”. Fin de la cita. Así lo repetimos hoy.

Ha sido una resistencia firme, ajena a fanatismos, basada en sólidas convicciones y en la decisión de todo un pueblo de defenderlas al precio que sea necesario. Ejemplo vivo de ello en estos momentos es la inconmovible firmeza de nuestros gloriosos Cinco Héroes (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva!”) .

Hoy no estamos solos frente al imperio en este lado del océano, como ocurrió en los años sesenta, cuando los Estados Unidos impusieron el absurdo de expulsar de la OEA, en enero de 1962, a Cuba, el país que poco antes había sido víctima de una invasión organizada por el gobierno norteamericano y escoltada hasta nuestras costas por sus buques de guerra. Precisamente, como se ha demostrado, esa expulsión era el preludio de una intervención militar directa, impedida sólo por el despliegue de los cohetes nucleares soviéticos que desembocó en la Crisis de Octubre, conocida mundialmente como la crisis de los mísiles.

Hoy la Revolución es más fuerte que nunca y jamás ha cedido un milímetro en sus principios, ni en los momentos más difíciles. No cambia en lo más mínimo esa verdad que algunos pocos se cansen y hasta renieguen de su historia, olvidándose de que la vida es un eterno batallar.

¿Significa que han disminuido los peligros? No, no nos hagamos ilusiones. Cuando conmemoramos este medio siglo de victorias, se impone la reflexión sobre el futuro, sobre los próximos cincuenta años que serán también de permanente lucha.

Observando las actuales turbulencias del mundo contemporáneo, no podemos pensar que serán más fáciles, lo digo no para asustar a nadie, es la pura realidad.

También debemos tener muy presente lo que Fidel nos dijo a todos, pero especialmente a los jóvenes, en la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre del 2005: “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra”, sentenció.

Ante esta posibilidad, me pregunto: ¿cuál es la garantía de que no ocurra algo tan terrible para nuestro pueblo?

¿Cómo evitar un golpe tan anonadante que necesitaríamos mucho tiempo para recuperarnos y alcanzar de nuevo la victoria?

Hablo en nombre de todos los que hemos luchado, desde los primeros disparos en los muros del Moncada, hace 55 años, hasta los que cumplieron heroicas misiones internacionalistas.

Hablo, por supuesto, también en nombre de los que cayeron en las guerras de independencia y más recientemente en la Guerra de Liberación. En representación de todos ellos, hablo en nombre de Abel y José Antonio, de Camilo y Che, cuando afirmo, en primer lugar, que ello exige de los dirigentes del mañana que no olviden nunca que esta es la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes (Aplausos); que no se reblandezcan con los cantos de sirena del enemigo y tengan conciencia de que por su esencia, nunca dejará de ser agresivo, dominante y traicionero; que no se aparten jamás de nuestros obreros, campesinos y el resto del pueblo; que la militancia impida que destruyan al Partido. Aprendamos de la historia.

Si actúan así, contarán siempre con el apoyo del pueblo, incluso cuando se equivoquen en cuestiones que no violen principios esenciales. Pero si sus actos no estuvieran en consonancia con esa conducta, no contarán siquiera con la fuerza necesaria ni la oportunidad para rectificar, pues les faltará la autoridad moral que sólo otorgan las masas a quienes no ceden en la lucha. Pudieran terminar siendo impotentes ante los peligros externos e internos, e incapaces de preservar la obra fruto de la sangre y el sacrificio de muchas generaciones de cubanos.

Si ello llegara a suceder, nadie lo dude, nuestro pueblo sabrá dar la pelea, y en la primera línea estarán los mambises de hoy, que no se desarmarán ideológicamente ni dejarán caer la espada (Aplausos y exclamaciones).

Corresponde a la dirección histórica de la Revolución preparar a las nuevas generaciones para asumir la enorme responsabilidad de continuar adelante con el proceso revolucionario.

Esta heroica ciudad de Santiago, y Cuba entera, fue testigo del sacrificio de miles de compatriotas; de la ira acumulada ante tanta vida tronchada por el crimen; del dolor infinito de nuestras madres y del valor sublime de sus hijas e hijos.

Aquí nació un joven revolucionario, de sólo 22 años al caer asesinado, que simboliza esa disposición al sacrificio, pureza, valentía, serenidad y amor a la patria de nuestro pueblo: Frank País García.

En esta tierra oriental nació la Revolución. Aquí fue la clarinada de La Demajagua y el 26 de Julio; aquí desembarcamos en el Granma e iniciamos el combate en montañas y llanos, que luego se extendió a toda la isla. Como dijo Fidel en La Historia me Absolverá, aquí “cada día parece que va a ser otra vez el de Yara o el de Baire”.

¡Nunca más volverán la miseria, la ignominia, el abuso y la injusticia a nuestra tierra!

¡Jamás regresará el dolor al corazón de las madres ni la vergüenza al alma de cada cubano honesto!

Es la firme decisión de una nación en pie de lucha, consciente de su deber y orgullosa de su historia (Aplausos).

Nuestro pueblo conoce cada imperfección de la obra que él mismo ha levantado con sus brazos y defendido a riesgo de su vida. Los revolucionarios somos nuestros principales críticos. No hemos dudado en dilucidar deficiencias y errores públicamente. Sobran los ejemplos pasados y recientes.

Desde el 10 de octubre de 1868, la desunión fue causa fundamental de nuestras derrotas. A partir del primero de enero de 1959, la unidad, forjada por Fidel, ha sido garantía de nuestras victorias. Nuestro pueblo logró mantenerla frente a todos los avatares e intentos divisionistas y ha sabido situar los anhelos comunes por encima de las diferencias, derrotar mezquindades a fuerza de colectivismo y generosidad.

Las revoluciones sólo avanzan y perduran cuando las lleva adelante el pueblo. Haber comprendido esa verdad y actuado invariablemente en consecuencia con ella, ha sido factor decisivo de la victoria de la Revolución cubana frente a enemigos, dificultades y retos en apariencia invencibles.

Al arribar al primer medio siglo de Revolución triunfante, llegue el principal tributo a nuestro maravilloso pueblo; a su ejemplar decisión, valor, fidelidad, vocación solidaria e internacionalista; a su extraordinaria demostración de voluntad, espíritu de sacrificio y confianza en la victoria, en el Partido, en su máximo líder y sobre todo en sí mismo (Aplausos).

Sé que expreso el sentir de mis compatriotas y de muchos revolucionarios en el mundo, al rendir homenaje en esta hora al Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz (Aplausos y exclamaciones).

Un individuo no hace la historia, lo sabemos, pero hay hombres imprescindibles capaces de influir en su curso de manera decisiva. Fidel es uno de ellos, nadie lo duda, ni aun sus enemigos más acérrimos.

Desde muy joven hizo suyo un pensamiento martiano: “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”. Lo convirtió en escudo contra lo fatuo y lo pasajero, en su principal arma para transformar halagos y honores, por merecidos que fueran, en mayor modestia, honradez, voluntad de lucha y amor por la verdad, que invariablemente ha situado por encima de todo.

A estas ideas se refirió, en esta misma plaza, hace 50 años. Sus palabras de aquella noche mantienen absoluta vigencia.

En este especial momento que nos hace meditar en el camino recorrido y sobre todo en el aún más largo que está por delante, cuando ratificamos nuevamente el compromiso con el pueblo y nuestros mártires, permítanme concluir repitiendo la alerta premonitoria y el llamado al combate que nos hiciera el Comandante en Jefe en este histórico lugar, el primero de enero de 1959, cuando señaló:

“No creemos que todos los problemas se vayan a resolver fácilmente, sabemos que el camino está trillado de obstáculos, pero nosotros somos hombres de fe, que nos enfrentamos siempre a las grandes dificultades. Podrá estar seguro el pueblo de una cosa, que es que podemos equivocarnos una y muchas veces, lo único que no podrá decir jamás de nosotros es que robamos, que traicionamos”.

Y agregó:

“Nunca nos dejaremos arrastrar por la vanidad ni por la ambición, (…) no hay satisfacción ni premio más grande que cumplir con el deber”, concluyó.

En una fecha de tanto significado y simbolismo, reflexionemos sobre estas ideas que constituyen guía para el revolucionario verdadero. Hagámoslo con la satisfacción de haber cumplido el deber hasta el presente; con el aval de haber vivido con dignidad el más intenso y fecundo medio siglo de historia patria y con el firme compromiso de que en esta tierra siempre podremos exclamar con orgullo:

¡Gloria a nuestros héroes y mártires! (Exclamaciones de: “¡Gloria!”)

¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

¡Viva la Revolución! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

¡Viva Cuba libre! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)"

(Ovación).

El abrazo final

Cuando el sol se ponga En el largo día de mi vida La Madre Tierra me recibirá  Con brazos abiertos en su seno Libraré al mundo de mi maldad ...