martes, 11 de agosto de 2015

Adiós en ritmo de blues


Un compás de 6/8
pasea por mi mente.
Es de noche en mi calle,
sólo aquí la claridad está ausente.

Ya no oigo a los pájaros en su canto,
solo los aullidos de los perros.
Es un silencio mezclado con viento.
Atmósfera de otoño, cadencia y melancolía.

Las noticias malas
siempre más veloces que las buenas.
Llegó como relámpago en medio de la niebla,
Una 'blue note' inesperada en una escala pasajera.

Ahora tu cantas excelsos himnos inimaginables
y yo me quedo aquí tocando un blues.
Mis pies bien plantados por la gravedad,
las leyes físicas ya no aplican en tu realidad.

Quise darle un adiós 
al navío vacío que quedó en tu puerto
pero el tiempo y el espacio
siempre van en contra de mi blues.

Ah, no importa, todo quedó anotado:
los mates y la tetera en el brasero,
el desayuno con huevo aguado,
el delantal a toda hora preparado.

Historias de campo y piedritas en el bolsillo,
pelo cano rizado y un olor especial.
Todo está en mi barco acumulado,
se quedan conmigo hasta el final.

Pero me has dejado una herencia aún más valiosa,
he recibido de ti las mismas mitocondrias. 
Sí, esas cositas que generan energía, 
por ellas me muevo y mis células siguen vivas.

Con ellas la fuerza de vivir y luchar cada día.
Una parte ínfima de ti, sigue viviendo en mí.
Y esto no es metáfora vacía. 
Estarán conmigo hasta mi propia partida.

Y hasta mí solamente llegarán
por esta rama de la vida
pues mis hijos llevarán las suyas
provenientes del Lejano Oriente.

Seguir, pelear,
Aguantar, luchar.
Proviene de ti a un nivel celular.
Pronto nos hemos de encontrar.

Yo sigo aquí tocando mi blues, mi blues...
Tú sigues allá cantando feliz, feliz...

El abrazo final

Cuando el sol se ponga En el largo día de mi vida La Madre Tierra me recibirá  Con brazos abiertos en su seno Libraré al mundo de mi maldad ...