martes, 20 de mayo de 2008
Bitácora del Capitán - Símbolos
Una vez abordé un barco llamado Luna,
el cual me llevó a unas islas tropicales y placenteras.
La suave brisa hizo que pronto me enamorara de ellas.
De día el clima es sin igual
el sol calienta en su justa medida,
de noche el espectáculo que brindan las estrellas,
no lo vi jamás en otras latitudes.
En un principio dormí a la intemperie
mientras construía mi futuro hogar:
una choza de madera con techo de ramas de palmera.
Una vez que estuvo lista, me acomodé en mi nueva morada
y comencé a construir artilugios para acompañar mis pasatiempos.
Sacié mi hambre con innumerables frutos silvestres
junto con peces y animales que yo cazaba.
Tardé un poco en aprender las técnicas más efectivas,
diseñé muchas clases de trampas y lazos para lograr el objetivo.
----------- o -----------
Viví algún tiempo en estas islas,
casi un año si persigo cierta exactitud
cuando de pronto y sin previo aviso
un viento huracanado desde el poniente
comenzó a azotar el archipiélago
destruyendo mi casa y mis invenciones varias.
Molesto y desanimado por los aciagos sucesos
decidí construir una embarcación a toda prisa,
precaria y simple por el apuro, debo añadir,
con la finalidad de dejar en esas costas mi angustiosa desdicha
y emprender así la búsqueda de un mejor destino.
Me hice a la a mar con premura
pues tengo esa mala costumbre de huir siempre de la tristeza.
Es que puse tanto amor en la creación de mis artefactos,
montón de cariño en esos paseos nocturnos
y mucha dedicación en cada comida
que preparaba día tras día…
Ahhh…
----------- o -----------
Ya llevo alrededor de dos semanas en altamar
y no he podido divisar una islas como aquéllas.
He avistado tierra algunas veces,
con la ayuda de mi catalejo
he inspeccionado desde lejos esos lugares
y no nace en mí el deseo de visitar tales parajes ni atracar.
¡A quién engaño!
Mi corazón sigue anclado en aquellas costas,
a la vera del muelle que con mis propias manos hice.
No puedo olvidarlas, incluso sueño con ellas.
Tantas noches estrelladas y llenas de constelaciones y planetas,
excursiones a sitios con ruinas de antiguas y misteriosas civilizaciones,
travesuras en cascadas y ríos tierra adentro,
días simplemente perfectos…
Ahhh…
¿Seré capaz de echar por la borda
todos esos momentos por una simple tormenta?
¡Cuántos tifones han azotado tu nave Clemente!
¡Cuántos naufragios has sobrevivido!
----------- o -----------
Quizás deba hacer esta vez una casa de piedra
en vez de utilizar madera y ramas de palmera.
Siento los vientos del retorno en mi cara y mis cabellos.
Conozco el camino de regreso, nunca lo he olvidado.
La brújula que llevo ya nueve años conmigo nunca yerra
y ya ha comenzado a indicar mi destino…
es hora de volver.
por favor… por favor…
gracias…
Clemente
domingo, 18 de mayo de 2008
1 + 1 = 1
Y una vez más, no estás aquí.
Anhelo tu compañía y la alegría de compartir
pero no te tengo.
El lugar da lo mismo,
irse o quedarse qué más da.
Lo único que deseo
es no ser singular sino plural.
2 en vez de 1
y que 1 + 1 sea igual a 1.
Sé que un matemático me reprocharía,
pero no me importa.
Lo que quiero no es viajar,
sino viajar contigo.
No quiero hacer solamente locuras,
sino que las locuras sean contigo.
No quiero hablar ni que tú hables siempre,
a veces sólo quiero disfrutar el silencio en tu compañía
mientras oigo la voz del viento
que le dice a cada árbol:
te quiero, te quiero, te quiero…
Soy complicado, lo sé.
Nunca he podido aclarar esta cabeza mía.
Entiende que lo único que quiero es tu compañía.
Los lugares y las situaciones me dan igual.
Si nos lanzamos con un paracaídas
o si simplemente dormimos juntos
para mí da el mismo resultado:
He compartido contigo…
Tú compartiste conmigo…
Ahora te conozco un poco más…
1 + 1 = 1…
Anhelo tu compañía y la alegría de compartir
pero no te tengo.
El lugar da lo mismo,
irse o quedarse qué más da.
Lo único que deseo
es no ser singular sino plural.
2 en vez de 1
y que 1 + 1 sea igual a 1.
Sé que un matemático me reprocharía,
pero no me importa.
Lo que quiero no es viajar,
sino viajar contigo.
No quiero hacer solamente locuras,
sino que las locuras sean contigo.
No quiero hablar ni que tú hables siempre,
a veces sólo quiero disfrutar el silencio en tu compañía
mientras oigo la voz del viento
que le dice a cada árbol:
te quiero, te quiero, te quiero…
Soy complicado, lo sé.
Nunca he podido aclarar esta cabeza mía.
Entiende que lo único que quiero es tu compañía.
Los lugares y las situaciones me dan igual.
Si nos lanzamos con un paracaídas
o si simplemente dormimos juntos
para mí da el mismo resultado:
He compartido contigo…
Tú compartiste conmigo…
Ahora te conozco un poco más…
1 + 1 = 1…
viernes, 9 de mayo de 2008
Creación de este Blog
Mucho me demoré en esto, pero finalmente creé este blog. Ahora voy a publicar todos mis pensamientos, creaciones y poesías que de mí salgan.
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